Historias

Desde Alquizar nos escribe el Pastor Rancés Tomas San Martín, acerca del proyecto que a raíz del impacto del Huracán Rafael, rápidamente implementamos y que por diseño, llega al final de su ejecución.

Ha sido una fructífera colaboración con la Iglesia Bautista de Alquizar, bajo el liderazgo de Rancés, al leer las historias que nos comparte, entendemos que ha logrado el objetivo de acercar el Reino de Dios a estas personas tan necesitadas.

Aquí les compartimos 3 historias que él nos envía:


Dylan

Dylan es un niño travieso, la primera vez que visité El Cedro llevando alimentos le conocí, pasaba por delante de mí con su plato de comida, andaba sin zapatos, pero contento con lo que estaba comiendo.

Ya le conocía porque estuvimos orando por él. Dylan tiene labio leporino. Hasta ahora sólo ha tenido una cirugía para cerrar su labio. Para la gloria de Dios, quedó muy bien en esa primera parte. Todavía tiene el paladar hendido. Apenas tiene paladar o lo tiene abierto debido a la malformación congénita. Muchas veces se atoraba con comida y pasaba un mal rato. Con el tiempo, Dylan ha aprendido a comer y evitar que ocurra una situación difícil para él.

Hoy fue bendecido con alimento, chancletas y ropa. Su madre no estaba presente, tiene que trabajar y los vecinos cuidan de él mientras ella trabaja.

El Cedro es una comunidad de supervivientes. Viven separados pero juntos. Se ayudan mutuamente como si fueran familia. Es increíble lo que el ser humano hace para sobrevivir. He podido ver grandes actitudes y unos sentimientos en las personas dignos de respetar.

Me agrada llevar alimento a El Cedro. La gente nos ha acogido como familia. Siento que son vecinos de toda la vida. Muchos niños como Dylan fueron hoy bendecidos.

De regreso le daba muchas gracias a Dios por llevarme a este lugar, necesitaba vivir esta experiencia y ver como viven esta gente a sólo 5 kilómetros de mí.

El viaje es muy difícil y el camino está muy malo. El viento en contra nos impedía avanzar en la bicicleta. Además, el humo por la quema de hierba y malezas nos hacía difícil respirar y se nos hizo difícil el paso. Pero valió la pena. Fuimos a bendecir y salimos bendecidos. Es mejor dar que recibir.


Kenia

Kenia es nuestra hospedadora en El Cedro (a la izquierda en la foto). Nos brindó su casa para poder repartir la ropa con comodidad. Lo hicimos desde su portal amparados a la sombra.

Cuando ella vio que llegamos al Cedro no pudo explicar lo que sintió. Kenia no tenía comida para hoy, tiene 2 hijos, su esposo trabaja en el campo, estaban a la espera de que el pudiera traer algo para cocinar. Hace 3 días se les agotó el arroz, en la cultura cubana el arroz es como el plato principal, de un tiempo acá el lugar del arroz ha sido ocupado por las viandas.

Hoy Kenia recibió comida ya elaborada para sus hijos y su esposo. Mañana, ella recibirá arroz fortificado para seguir alimentando a su familia. La historia de Kenia fue lo más impactante del día de hoy, saber que llegamos en el momento de más necesidad es una afirmación de que nuestro trabajo no es en vano, todos nos esperan con alegría y gozo, sabiendo que la Iglesia está siendo un canal de bendición para ellos. Dios está abriendo puertas en El Cedro. Está preparando el camino para algo grande en este lugar. El impacto del evangelio será un gran testimonio que se está «cocinando». Estamos listos para la cosecha.


La Chiqui

«La Chiqui» es conocida por todos por ese sobrenombre. Se debe a su corta estatura. Es una pequeña anciana. Cuando probó por primera vez el arroz fortificado que le dimos, me dijo que tenía gusto a jamón. Le encantó el Manna Pack.

La Chiqui vive con su esposo. Sus hijos vendieron su casa hace diez años. Desde entonces, ella se quedó desamparada sin tener donde vivir. Fue a vivir a El Cedro. Allí ha echado raíces. Todos la quieren. Es muy sociable y sobre todo cariñosa.

Cuando le dimos un par de sandalias nuevas, quería abrazarme y darme besos de alegría. Le dije que Dios había provisto para ella. Hoy fue bendecida con un chaleco, una blusa y un par de zapatos. Además, recibió alimentos para hoy.

La Chiqui es una persona muy alegre. Al ver su casa y las pocas pertenencias que tiene, uno queda impactado. Pero cuando la conoces y experimentas lo que ella inspira en uno, puedes darte cuenta de cuánto te estás perdiendo si no te atreves a servir a otros.

Ella así lo ha hecho. Dios está llegando a su vida. No se ha negado a recibirle. Un alma que reciba a Cristo en su vida es más que suficiente para mí.


Finalmente Rancés nos expresa:

El lunes 23 Dios mediante estaremos llevando alimento a los ancianos del Hogar de Alquízar.

El 26 estaremos haciendo una comida para toda la Iglesia. Y descansaremos hasta año nuevo.

Cumplimos con más de lo que habíamos planeado para un mes para la Gloria de Dios.

Dios nos usó y pudimos bendecir a muchas familias damnificadas por el huracán. También ayudamos a los necesitados, que son muchos.

En enero estaremos llevando más ropas a necesitados de las comunidades LlegayPon, Finca Mirtha y Los Kimbos.

Dios mediante estaremos ayudando hasta alcancen los recursos que Dios provea.

Gracias por todo el apoyo financiero que nos han brindado para poder lograr todo esto.

Ha sido una bendición para estas comunidades. Para nuestra Iglesia, ha sido fantástico llevarle a esta gente no sólo alimento material. También les hemos llevado una palabra de esperanza.

Agradecemos a cada hermano que contribuyó económicamente. Juntos hemos logrado avanzar el Reino. Hemos proporcionado a una Iglesia local la posibilidad de alcanzar a las comunidades que le rodean con el mensaje del Evangelio. ¡Juntos somos más fuertes!

También nuestro agradecimiento a Hope Fleet que ha sido el canal de bendición para este proyecto.

Deseándoles a todos una Feliz Navidad!


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